Templo expiatorio e ilegal

“Todo el mundo sabe lo compliado que es lograr hoy una licencia municipal de edificación porque las normativas plantean una gran complejidad de requerimientos urbanísticos, ambientales, constructivos, de seguridad, etcétera. Y tengo entendido que la obra de la Sagrada Familia no tiene los permisos municipales que se exigen A CUALQUIER NUEVA EDIFICACIÓN POR MODESTA QUE SEA. La excusa de ser un monumento de gran éxito turístico no justifica esa situación anómala. Quizá, si el proyecto de la Sagrada Familia hubiera pasado los trámites normativos se le habría exigido a tiempo unas garantías en la calidad de la cimentación y de la estructura y ahora el problema del paso del túnel se evaluaría de manera distinta”.

Con el fragmento anterior del artículo de Oriol Bohigas publicado el día 20/6/07 la guerra entre el Ayuntamiento de Barcelona y los responsables del templo de la Sagrada Familia se ve que se va a desarrollar, ahora, en el terreno mediático. Conocido es que Bohigas no sabe apreciar la obra de un buen pastelero y por lo que se ve no ha tenido problema en ser el primero que le planta fuego a esta hoguera de San Juan. Hoy, El Pais en su portada y en su interior vuelve a poner de manifiesto que la Sagrada Familia se construye sin licencia. La Junta del templo, contra todo pronóstico, habla de concesión por silencio administrativo de 1885.

Me ha parecido interesante hablar de este ejemplo de la BARCELONA DESIGUAL en la que el Ayuntamiento hace dejación de funciones, por llamarlo de algún modo, y no aplica la Ley a unas obras ilegales que ya van para un siglo desde que han comenzado. Será por el poder de la Iglesia, en un primer momento y más tarde por su interés turístico por lo que se ha permitido esta ilegalidad...?. Según la Junta del Templo, la licencia se ha obtenido por silencio administrativo. Este silencio solo afectaría a las primeras obras, las ejecutadas bajo el proyecto y dirección de Gaudí. Pero el resto…que pasa con el resto…? Como es posible que no hagan nada los técnicos del Ayuntamiento. En esta ciudad en la que tanto gusta denunciar, como es posible que se les haya pasado denunciar a los vecinos. No es que ahora el Ayuntamiento esté interesado en subsanar este trámite, no, lo que pasa es que ha visto que no logra doblegar a la Junta del Templo y, si hasta ahora no era importante la licencia de obras, por ser quién es el promotor y constructor, a partir de ahora se van a hacer cumplir las leyes en la ciudad de Barcelona.

Invitación a delatar en Ciutat Vella

Uno imagina que un ayuntamiento, en el período democrático, se ocupa de ordenar el tráfico y el suelo. Al igual que los leones se tienen que comer a las bellas cebras, todo organo administrativo tiende a ampliar de manera natural sus competencias y en el caso de los Ayuntamientos esta voracidad no tiene límites. Con tanta “convivencia en la proximidad” y bajo la legitimidad del interés público, cada vez hay más funcionarios dispuestos a tomar todas las decisiones por nosotros. Es posible que, ante la creciente abstención, acaben privandonos del sufragio universal.

En Ciutat Vella, bajo la idea de proteger a los vecinos de los turistas que invaden Barcelona y en lugar de ir a los hoteles, que mira que tienen ganas de complicar las cosas y salirse del guión, a éstos se les ocurre alojarse en viviendas normales, conocidas como “apartamentos turísticos”. En una persecución sin precedentes, amparada en un Plan Especial de usos de Ciutat Vella y que esperemos que pronto los Tribunales declaren su nulidad de pleno derecho.

Hace unos días todos los vecinos de un edificio del “gotic”, cuando entraban en sus casas, se encontraron un papel que alguién había introducido por debajo de sus puertas. El documento les invita a delatar a un vecino que al parecer alquila sus vivienda a los turistas para pillarle infraganti. Ponen a su disposición un teléfono con un contestador para que en cualquier momento los vecinos puedan denunciarse entre sí.

Está práctica del distrito de Ciutat Vella resulta absolutamente repudiable e inevitablemente, la mente nos lleva a los tiempos en los que los fascismos se servian de estos metodos para controlar a la ciudadanía y fumigar a sus enemigos.

El modelo Barcelona

Cuando los intelectuales lo repiten tanto, un socio del gobierno se baja del tren, alguién debería tomar nota. Josep M. Montaner, arquitecto y catedrático de la Escuela de Arquitectura de Barcelona (UPC) escribe en EL PAIS una interesante reflexión sobre el modelo de Barcelona:

"...Ha cambiado la gestión municipal, más próxima a los intereses privados y LLEVADA POR TÉCNICOS MENOS COMPETENTES. En la reciente etapa la peor parte se la lleva la GESTIÓN DEL URBANISMO. Los intrumentos de la disciplina urbanística, ya de por sí marcados por la sospecha de complicidad con la especulación, están cada vez más en entredicho. Si en Barcelona no hay tanta corrupción como en otras ciudades, sí que hay desconsideración hacia los vecinos afectados por cada una de las intervenciones."

El distrito de Ciutat Vella tapia un edificio

Dentro de la zona del Gótico, en la calle Subteniente Navarro,16, el Ayuntamiento de Barcelona es propietario de un edificio de 10 viviendas y 2 locales. Hace unos sesenta años que el edificio fue expropiado y pasó a ser propiedad del ayuntamiento, y asi consta en el Registro de la Propiedad. El edificio se encontraba ocupado por inquilinos con contratos indefinidos y otros inquilinos que se habían instalado ante el abandono y desidia del ayuntamiento. Desde la fecha de la expropiación no se cobraban alquileres. Es decir, el ayuntamiento ha estado regalando el dinero de la ciudadanía omitiendo su deber de gestionar un patrimonio que en lugar de ser derribado se mantiene en pie, no sabemos con que objetivo. Calculo que habrán dejado de percibir, en estos 66 años, cerca de 300.000€ en rentas. A este despilfarro del patrimonio de todos, hay que añadirle los gastos de mantenimiento que ha tenido que costear hasta el día de hoy.

El edificio fue expropiado por estar afectado por una zona verde, prevista desde los años 40, y que de momento no se ha ejecutado. Los propietarios del edificio o sus herederos, que solicitaron la expropiación de la finca, en su día, cobrando unas 200.000 ptas., cuando pasan por esta calle deben pensar en como le expoliaron su patrimonio y como después de SESENTA AÑOS no se ha derribado el edificio y se ha llevado a cabo el parque previsto.

Estos días, luego de desocupar todo el edificio, un cuadrilla que cumplía órdenes del Ayuntamiento estaba tapiando las ventanas del edificio, para evitar la entrada de okupas, según manifestaron. Los mismos obreros, que estaban tapiando el edificio, aprovecharon para llevarse los muebles que encontraron en el interior y que tenían cierto valor. Ante la falta de control del Ayuntamiento, cada uno saca lo que puede.

Listas negras de abogados en Ciutat Vella

Si hay algo que le molesta al poder cuando no actúa movido por el interés general es el control que los ciudadanos deben ejercer sobre su potestad delegada. Los ciudadanos les otorgamos, a través de las urnas, nuestra representación. Sus actuaciones deben estar sometidas al control de la legalidad. Los abogados, jueces y periodistas, como agentes cercanos a la ciudadanía, son continuamente cuestionados en la medida que frenan o ponen de manifesto las actuaciones que no son conformes al interés general.

Hace unas semanas, un arquitecto comparecía ante un técnico del distrito de Ciutat Vella para solucionar unas deficiencias que al parecer tenía un proyecto de licencia para la rehabilitación de una vivienda. El arquitecto, al ver que la complejidad del caso requería la intervención de un jurista, comentó su propósito de recomendar a su cliente que le representara un abogado especializado en urbanismo. El técnico le dijo que mejor no tomar ese camino, le reconoció que “…en el ayuntamiento existen listas negras de abogados…” y le recomendó que, si quería resolver el asunto, viniera su cliente sin representación.

He puesto en conocimiento del Colegio de Abogados de Barcelona estos hechos para que hagan la investigación pertinente con vistas a confirmar si en este distrito se realizan estas prácticas antidemocráticas y poner medios para erradicarlas.

El ayuntamiento también hace Mobbing (I)

En la segunda mitad del siglo XIX, la familia Canmaló había conseguido poner en marcha un negocio de fabricación de vitrales de cristal. Tras buscar un solar para construir un nuevo edificio, decidió comprar unas viejas casas, que estaban en ruina, de la calle Subteniente Navarro y edificar un edificio de planta baja, cuatro pisos y un ático. La planta baja fue destinada a almacén de su negocio, la planta principal para vivienda de la familia. El resto de las viviendas, a la obtención de rentas y el ático como vivienda del portero. Todavía hoy las puertas de los pisos principales conservan vitrales fabricados por esta familia. Pocos resto quedaban entonces ya de la muralla medieval. La hacinada ciudad de Barcelona tiraba sus murallas, buscando estirarse extramuros. El urbanista Cerdá había ganado un concurso con su proyecto para el Ensanche, con un concepto de planeamiento similar al de Nueva York.

Como en la mayoría de los edificios de esta época, el agua llegaba a la azotea, a un tanque general, y luego de éste pasaba a unos tanques individuales. Por su propio peso, el agua llegaba a cada una de las viviendas (merece la pena ver el museo del agua de Agbar, de Cornellá, que explica la evolución del suministro en la ciudad). Tener agua corriente en las viviendas era entonces un lujo. Sin embargo, el concepto de higiene era diferente, y no había baños tal y como los conocemos hoy. Sólo un retrete fuera de cada uno de los pisos, en una galería que da al patio interior. Más tarde, se construyeron unas duchas dentro de las cocinas.

En 1940 las autoridades municipales, nombradas por Franco, decidieron afectar gran parte de las viviendas situadas en la zona de la antigua muralla, con vistas a derribarlas, construir zonas verdes e ir reconstruyendo la muralla medieval. Al nuevo régimen le interesaba exaltar los símbolos de la arquitectura de la España imperial. Pocos edificios fueron sin embargo expropiados (el número 12, el número 16…). En el Plan General Metropolitano de 1976 se mantuvo la afectación de zona verde. Recuperada la parte de la muralla que va desde la calle Ferran hasta Baixada del Caçador, ya se tenía un ejemplo importante de esta construcción y la idea fue perdiendo fuerza, ante la imposibilidad de costear la recuperación total de la zona. También es cierto que la idea de destrozar la ciudad moderna para recuperar la totalidad de la antigua no dejaba de ser una idea peregrina, y la Barcelona de la era democrática tenía otros problemas más importantes.

Esta situación de inseguridad jurídica y la fragmentación de una herencia hasta múltiples cuotas indivisas hizo que el edificio quedara abandonado. Hace 5 años los propietarios del edificio situado en la calle Subteniente Navarro,14, cansados de esperar una decisión del Ayuntamiento, se plantearon la necesidad de mantener el edificio con unas condiciones mínimas de dignidad. Comprobada la desidia del Ayuntamiento, que después de 60 años de afectación aún no ha sido capaz de expropiar ni de cambiar la calificación de la zona, decidieron llevar a cabo una serie de obras para mejorar la habitabilidad de las viviendas y en general de la finca.

Sin embargo, Helio Lozano i Fernández de Pineda, ingeniero técnico, director de los servicios técnicos de Ciutat Vella, manifiesta que “…no se puede tocar ni una taza de water...”. Se inicia así el acoso a un edificio por parte del responsable de urbanismo, que iré relatando como ejemplo de decisión injusta.